En una realidad cargada de sobreinformación retroalimentada por la psicosis social y la cultura neoliberal individualista, estamos ante la enorme responsabilidad de propagar estrategias que abonen el terreno hacia una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Ser ajenos a las disputas de poder existentes sería corrernos del escenario social-político que nos convoca y envuelve colectivamente.
Desde ATIZAR impulsamos un proyecto que se caracteriza por su método interdisciplinario y que se encuentra identificado con problemáticas sociales respecto de las necesidades básicas y herramientas de subsistencia urgentes que explotan en contextos como el señalado.
Mas allá de la totalidad de las lecturas que entran en juego, ya sean holísticas, económicas, sociales, y/o políticas – o simplemente un conjunto de todas ellas – como organización ratificamos nuestra identidad marcada por la creación y multiplicación de vínculos entre distintos sectores sociales, a fin de lograr mediante el apoyo mutuo, la solidaridad y el interaprendizaje, incidencias positivas en la sociedad, sobre el campo de la agroecología, las tecnologías y el cooperativismo.
¿Cómo se vinculan estas dimensiones durante una pandemia, de por sí amenazante, pero mediatizada desde la urgencia, el pánico y la inmediatez informativa? ¿Se podrá medir hoy el impacto, tanto sanitario como cultural, que arrojará este hecho histórico?
Desde ya, la exposición de las miserias de un sistema con epicentro en las lógicas de mercado, se dan en torno al acceso a la salud, los modos de producción, la economía y el abastecimiento alimenticio. En este sentido, el coronavirus está – de alguna forma u otra – poniendo al descubierto la enorme brecha de desigualdad que separa a los sectores de poder con los sectores populares.
Ante este panorama, y con la posibilidad de iniciar largos y pronunciados debates, como grupo cooperativo reivindicamos la agroecología, entendiéndola como una ciencia que propone un cambio de paradigma, alimentando las economías populares y solidarias, hacia la recuperación de lógicas comunales basadas en monedas locales, trueques, intercambios y/o mercados territoriales.
La entendemos como un método necesario para atender problemáticas comunes a nivel masivo, como lo son la recuperación de bienes comunes, el aprovechamiento de recursos a través del reciclaje o el fomento/creación de circuitos de comercialización entre productores y consumidores.
Tanto en lo cultural, lo económico, lo sanitario y lo productivo, nos convoca el comunicar con responsabilidad y comenzar a dar socialmente ciertos debates luego de que como colectivo consigamos superar este hecho fáctico que sin dudas cambiará las configuraciones políticas a nivel mundial.
En otra de las dimensiones, son oportunos los resultados de aquello que venimos trabajando en nuestros talleres, es decir, la saturación contaminante que promueve la obsolesencia programada. Por eso también apelamos a brindar herramientas que faciliten la aprehensión de estas lógicas, para pensar otras alternativas, tales como el conocimiento sobre cómo reparar uno mismo o una misma un objeto de estas características y, fundamentalmente, hacia la concientización de un consumo responsable, minimizando progesivamente los impactos de la cultura del descarte.
Por último, y como eje articulador, entendemos la Economía Social y Solidaria como una forma de construcción y de sostén de estas ideas que desde ATIZAR impulsamos. En ello, el cooperativismo, es uno de los niveles organizacionales capaces de abrazar estas estrategias con impacto social. Y así postular con ellas discusiones en las nuevas configuraciones que deberán enfrentar las sociedades luego de una pandemia en tiempos de globalización trepidante.
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